La Ciudad de Anita
La ciudad vacía sólo te tiene a ti, recorriendo las infinitas calles del mundo abierto. Asoman los edificios dorados con el sol y el viento que hace sonar algunas hojas, sobre aquel bello suelo.
Aquel árbol, ayer en llamas, hoy brilla de renovado verdor. Las aves prestan su canto que surca los cielos, pintado de nubes tenues y paradisíaco azul.
Así es tu ciudad, Anita.
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